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viernes, 22 de junio de 2012

Con la secuencia del genoma del frijol, es posible obtener cultivares más resistentes a la sequía

• Es importante recuperar la soberanía nacional en alimentos básicos, señaló Federico Sánchez Rodríguez, del Departamento de Biología Molecular de Plantas, del IBt de la UNAM

• También, se podría determinar con mayor facilidad la ecuación cultivo mejorado-región idónea

• Se llevará a cabo el Congreso Internacional Phaseomics-El Genoma, para dar a conocer esa secuencia, estudios, aplicaciones, y novedades derivados

El frijol debe recuperar soberanía, porque las generaciones nuevas de mexicanos han dejado de comerlo. De esta leguminosa recibimos buena cantidad de proteínas, carbohidratos y nutrientes como fierro y azufre. Sin embargo, ahora la comida chatarra lo sustituye, y también al maíz, señaló Federico Sánchez Rodríguez, del Departamento de Biología Molecular de Plantas, del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM.

"Un taco de frijol es la combinación exacta, pues los aminoácidos que le faltan a uno, los tiene el otro, y a la inversa; se complementan muy bien"; sin embargo, en México muy poca tierra cultivada de riego se destina a su siembra, entre otras cosas, porque hay productos más rentables, como la calabacita y verduras de exportación.

Ante ello, tienen que desplegarse esfuerzos multidisciplinarios y multifactoriales, con peso específico en la parte científica, como la investigación de su genoma para que haya más extensiones de cultivo, evitar pérdidas por plagas o sequías, y en el almacenaje, por hongos o gorgojos.

Sánchez Rodríguez trabaja en interacciones simbióticas con organismos, donde estudia la fijación del nitrógeno; "el frijol puede establecer una asociación con una bacteria del suelo y ya no requerir fertilizante nitrogenado, pues aquélla se lo proporciona a cambio de fuente de carbono, así sólo faltaría fósforo y potasio".

Con la secuencia de su genoma, es posible avanzar para obtener variedades resistentes a la sequía, determinar la región idónea del país para sembrarlas, establecer los tipos resistentes al frío y capaces de crecer en zonas elevadas; además, lograr el control de la calidad en semillas, el incremento en la producción y diseño de nuevos cultivos con propiedades combinadas, consideró.

El investigador del IBt mencionó algunas variedades de esta leguminosa ."El frijol común es Phaseolus vulgaris, hay de muchos tipos, blancos, negros, cafés, pintos. Existen especies cercanas, como los ayocotes, Phaseolus coccineus, parecidos a las alubias"; otra, el llamado frijol lima, similar a una haba en tamaño, muy apreciado en Sudamérica, pues se utiliza en ensaladas y guisos.

Además, citó especies silvestres domesticadas en México, como Phaseolus acutifolius, que crece en las dunas de Sonora; es resistente a las sequías y tolera temperaturas del desierto.

Congreso internacional

Para conocer cómo está organizado el genoma del frijol, estudios, aplicaciones y novedades, universitarios de distintas entidades participarán en el Congreso Internacional Phaseomics-El Genoma.

En el encuentro, programado del 21 al 23 de junio de 2012, en Guanajuato, se tratarán aspectos de tipo nutricional, calidad de la semilla, cómo estudiar la información genética, resistencia a la sequía, salinidad, patógenos, hongos, bacterias, virus e interacciones simbióticas con organismos.

En el programa de actividades están contemplados alrededor de 100 ponencias, incluida la de Francesca Sparvoli, del IBBA-CNR en Milán, Italia, que trabaja con la genética para producir un tipo de frijol sin anti-metabolitos, por ejemplo, que no produce flatulencia. Incluso ya tiene mutantes comerciales", señaló Sánchez Rodríguez.

Los coordinadores del encuentro son Georgina Hernández Delgado, del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, en Cuernavaca, Morelos, y Alfredo Herrera Estrella, del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (LANGEBIO), del CINVESTAV en Irapuato. Carmen Quinto Hernández y Federico Sánchez Rodríguez, ambos del Departamento de Biología Molecular de Plantas del IBt, son encargados de la organización del programa.

jueves, 21 de junio de 2012

Llaman academias de ciencias del mundo a tomar medidas decisivas sobre población y consumo

El reto de encontrar un camino hacia la sustentabilidad, está aún sin cumplirse, aseguran
 
Los actuales patrones de consumo, especialmente en los países de altos ingresos, están erosionando el capital natural del planeta a un ritmo que se prevé perjudicial para los intereses de la futuras generaciones, advierte la Red Global de Academias de Ciencias (IAP, por sus siglas en inglés).
En su más reciente declaración sobre Población y Consumo, la IAP se señala la necesidad de urgente y coordinada acción internacional para hacer frente a este binomio, por lo que busca que sus recomendaciones aparezcan en las discusiones de la próxima Cumbre Ambiental de Río+20, a realizarse del 20, al 22 de junio en Río de Janeiro, Brasil.
La declaración de la IAP, que agrupa a 105 academias de ciencias del mundo, incluida la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), también indica que la reducción del crecimiento acelerado de la población, podría estimular y facilitar el desarrollo económico, mejorar la salud y la calidad de vida así como el aumento de la estabilidad política social y la seguridad.
Manuel Ordorica Mellado, especialista en demografía matemática y quien participó como representante de la AMC en la construcción del documento, recordó que desde hace 20 años la IAP ha publicado declaraciones conjuntas en materia de desarrollo sustentable, población y consumo con la idea de llamar la atención de los gobiernos y también y de organizaciones internacionales para que tomen decisiones al respecto.
Es así, continúa, que la IAP busca llamar la atención para reexaminar el tema, por lo que la declaración se presentará en Río+20, con el propósito de mejorar la actual calidad de vida de la población actual y de las futuras generaciones. Las academias de ciencias en el mundo buscan contribuir para que este propósito se cumpla, apuntó.
La IAP, explica Ordorica Mellado, enlistó una serie de consideraciones y acciones que espera sean atendidas por los responsables políticos. Recordó que el actual crecimiento de la población mundial es muy acelerado, al registrar un aumento de mil millones de habitantes cada 12 años, por lo que se pasará de los 7 mil millones actuales a una cifra de entre 8 mil y 11 mil millones para el año 2050, en el mejor de los casos.
Gran parte de ese crecimiento de la población –añade- se va a presentar en países de bajos ingresos, mientras que los países desarrollados tendrán un alto nivel de consumo, sin olvidar que en la actualidad existen mil 300 millones de pobres sin posibilidad de acceso a mejores condiciones de vida.
Entre las consideraciones que la IAP pide se tomen en cuenta, destaca que en la actualidad la población y el consumo determinan las tasas a las que se explotan los recursos naturales como son alimento, agua y energía, y en algunas partes del mundo los patrones de consumo son ya insostenibles.
Apunta Ordorica Mellado que estos patrones en los países de altos ingresos están erosionando el capital natural con daños a las presentes y futuras generaciones, y afecta la capacidad para apoyar la biodiversidad natural.
La declaración de la IAP alerta igualmente sobre el rápido crecimiento de la población, el cual puede ser un obstáculo para mejorar la vida de los países con menor desarrollo, así como para combatir la pobreza y la desigualdad de género. Asimismo, este crecimiento contribuye a la migración y a la urbanización.
Añade que los cambios en la estructura de edades derivados de la natalidad y las tasas de mortalidad, puede tener importantes implicaciones ambientales, sociales y económicas; como por ejemplo mayor demanda en los servicios de salud y en los sistemas de pensiones.
Manuel Ordorica menciona que la población es el componente fundamental de todos los procesos que están vinculados al desarrollo económico y social de los países, pues al final es objeto y sujeto del desarrollo.
Las recomendaciones que hace la Red Global de Academias de Ciencias, están orientadas a que el binomio de la población y consumo se considere en todas las políticas dirigidas a la reducción de la pobreza, al desarrollo económico, educación, salud, igualdad de género, biodiversidad y medio ambiente.
Entre otras acciones que contempla la IAP también están: la reducción de los niveles dañinos de consumo y el desarrollo de alternativas sostenibles; estrategias de desarrollo que lleven a disminuir el crecimiento de la población, en particular aquellas que promueven la educación a las mujeres y niñas, y los jóvenes en general; la salud reproductiva y la planificación familiar para todos.
Subraya la necesidad de realizar un cambio global a una nueva economía verde y favorecer el desarrollo de políticas que mejoren la calidad de vida de las personas mayores y el de políticas de planificación urbana, puesto que de acuerdo con las proyecciones actuales, para el 2050 el 70 por ciento de la población mundial vivirá en ciudades con importantes desafíos.
Manuel Ordorica menciona que los temas relativos a los jóvenes, la salud reproductiva y la planificación familiar fueron por los que "más empujó" durante su participación en la elaboración de la declaración de la IAP, porque considera que son tópicos relevantes para México y los países en desarrollo.
La Red Global de Academias de Ciencias advierte que de no atenderse a tiempo el binomio población y consumo, serán necesarias medidas más radicales y difíciles. Sostiene que todo el mundo tiene un papel que desempeñar: los sectores público y privado, las organizaciones no gubernamentales y las personas.

Factores ambientales pueden modificar la conducta





Abren convocatoria para posgrados en ciencias del comportamiento
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El medio ambiente, además del entorno social y cultural son factores que inciden en el correcto desarrollo y funcionamiento del cerebro, por lo que es necesario desarrollar más investigaciones para conocer de cerca este tipo de relaciones, aseguró el académico de la Universidad de Guadalajara Héctor Martínez.

El coordinador de la maestría y el doctorado en Ciencias del comportamiento con orientación en neurociencias, afirmó que estos posgrados han desarrollado estudios encaminados a profundizar la actividad cerebral y la conducta de las personas.


El desarrollo correcto del cerebro depende de múltiples factores como las lesiones, una maduración correcta, el desarrollo biológico de un individuo, su entorno y la educación, por lo que uno de los retos fundamentales es desarrollar tareas de diagnóstico para indagar en las particularidades de cada persona, explicó el universitario.


Martínez aseguró que hace falta una mayor inversión económica en los instrumentos tecnológicos que permitan evaluaciones más precisas a los investigadores y poder brindar mejores servicios a la población.


“Dependemos de la tecnología, que es muy cara, lo que hace difícil en que esto se traduzca en un servicio para la población. Esto se va desarrollando cada vez para evaluaciones más precisas, pero tenemos que traducir este conocimiento en bienestar para la población”, dijo.


La maestría y el doctorado en Ciencias del comportamiento con orientación en neurociencias abrirán su convocatoria para preinscripciones en el mes de septiembre, y una sesión informativa el próximo viernes 22 de junio a las 17:30 horas en la sede del Instituto de Neurociencias.


Los interesados en cursar estos posgrados que están inscritos en el Programa Nacional de Posgrado del Conacyt, deben provenir de carreras de las áreas sociales, salud, ecología, producción animal y educación.


Mayores informes en el Instituto de Neurociencias ubicado en Francisco de Quevedo 180 en la colonia Arcos Sur, en el teléfono 38180740 extensión 33380, así como en la página electrónica www.ineuro.cucba.udg.mx.


Guadalajara, Jal., 18 de junio de 2012

Texto: Mariana González
Fotografía: Internet
Edición de noticias en la web: Lupita Cárdenas Cuevas

miércoles, 20 de junio de 2012

La ciencia y la tecnología ante los desastres naturales



Dotar a la sociedad con mayor capacidad para anticipar, amortiguar y recuperarse de los efectos provocados por desastres, proponen expertos al G-20

La resiliencia es la habilidad que tiene un sistema y sus componentes para anticipar, amortiguar, adaptar o recuperarse de los efectos de un desastre mayor, de forma oportuna y eficaz.
Foto: Internet
 
Con el objetivo de reducir los costos sociales y económicos que imponen los desastres naturales y tecnológicos, las Academias que integran el G-Science, recomiendan a los gobiernos nacionales construir de manera urgente estrategias de resiliencia (capacidad para asumir situaciones límite y sobreponerse a ellas) en los programas de asistencia nacionales e internacionales de cooperación y desarrollo.
Las pérdidas anuales por desastres en 2005, 2008 y 2011 superaron, por vez primera, los 200 mil millones de dólares, mientras que los datos de pérdidas humanas aunque no tienen una tendencia clara, han sido menores en los países desarrollados, lo que es indicativo del valor de las medidas de resiliencia.
La propuesta dirigida a los integrantes del G-8+5, G-20 y a los de la próxima Cumbre Ambiental de Río+20, que sesionará 20, 21 y 22 de junio en Río de Janeiro, Brasil, incluye cinco puntos y pide a los gobiernos comprometer a la comunidad científica nacional e internacional en el esfuerzo.
Esta recomendación forma parte del pronunciamiento que elaboró el G-Science en su última declaración en Washington, y en la que se invita a los líderes mundiales a considerar más a fondo el papel esencial que la ciencia y la tecnología podrían desempeñar para enfrentar algunos de los desafíos más apremiantes del planeta.
La resiliencia es la habilidad que tiene un sistema y sus componentes para anticipar, amortiguar, adaptar o recuperarse de los efectos de un desastre mayor, de forma oportuna y eficaz.
La recomendación del G-Science, que conforman las Academias de Ciencias del G8+5 de las que forma parte la Academia Mexicana de Ciencia, se centra en desastres que ocurren en periodos cortos de tiempo y que pueden ser naturales (como terremotos, derrumbes, huracanes, inundaciones, tifones, erupciones volcánicas y pandemias), y tecnológicos, en los que se incluyen fallas accidentales u ocasionadas por el factor humano en infraestructuras socialmente críticas (como son presas y diques, sistemas de energía y redes de información).

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