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sábado, 28 de abril de 2012

La Primavera, un final desastroso en toda la extensión de la palabra.

 Entrevista digital
Vivencias de un brigadista en activo

El siniestro fue demasiado cruel, el fuego arrasó con todo, y todo por una distracción de los vigilantes; un descuido  con un final desastroso en toda la extensión de la palabra.

Por Esteban Salazar Herrera

Vista_aerea_del_incendio_-_conaflor
Foto: Conafor
  En mi labor como periodista me ha tocado conocer a varias personalidades y otras no tan conocidas, pero no por ello menos importantes.
Las opiniones de estas personas son sin tapujos, sin política y sin dobles intenciones... palabras llanas; al pan, pan y al vino, vino. Verdades que... duelen.
Uno de ellos se comunicó conmigo con estas palabas:
Sr. Periodista Esteban Salazar, lo que le voy a comentar aquí fueron vivencias muy a mi consideración como brigadista que aportó su grano de arena para sofocar el incendio en el Bosque de La Primavera.
La cifra exacta de las hectáreas dañadas dicen que fue un cuarto del bosque de La Primavera o sea 8 mil hectáreas, pero la realidad solo ellos (las autoridades)lo saben.
El siniestro fue demasiado cruel, el fuego arrasó con todo, y todo por una distracción de los vigilantes; un descuidocon un final desastroso con toda la extensión de la palabra.
 
Información incompleta
Muchos periodistas de los diferentes medios de comunicación subieron y no hacían comentarios,  tomaron fotos y videos del personal que estaba trabajando, pero no se acercaban a convivir... a platicar, únicamente tomaban video y algunas fotos y eso era todo.
Muchos de los brigadistas decían que iban a salir en la tele pero les falló... y también a su servidor.
Debieron estar en la noche cuando el contra fuego estaba en su apogeo, ahí es donde debieron estar; a lo mejor no subieron por miedo o por otra cosa, lo ignoro, pero un periodista debe de estar donde está la nota, ¿no cree?
 
La_primavera
Foto: Wikipedia
Plato de segunda mano
Lo que si le voy a decir y es muy cierto, es que aquí en México vemos el medio ambiente como plato de segunda mesa, aquí en mi zona hay muchas quemazones, a raudales, y a las personas que lo hacen no les pasa nada.
Hemos pedido ayuda a los comisariados ejidales, al presidente municipal, a todo mundo y no pasa nada, son oídos sordos.
El año pasado se quemaron más de 4 mil hectáreas y no pasa nada; y quiero que sepa que una sola persona, según sabemos, lo hizo y lo grita a los cuatro vientos y... no pasa nada.
Le escribí al Presidente de la República al Gobernador de Jalisco, fui a todas las dependencias del medio ambiente a pedir recursos para armar un buen equipo y sabe que me mandaron…..
Me mandaron con el Consejo Asesor que tiene dos años sin hacer una reunion formal y seguimos en las mismas... haber hasta cuando nos cae el veinte.
Le pido por favor no mencione mi nombre o el de la brigada ya que eso nos acarreó problemas y es nuestro único empleo. 

Siempre es lo mismo
Los tres años que tengo (tres meses por cada año de abril a junio) en los incendios de grandes a mega-grandes, siempre es lo mismo.
No hay seriedad en el mando de los jefes, uno ordena una cosa y otro la contradice y como son varios... usted sabrá.
Ya dentro de siniestro, los encargados de brigadas (como su servidor) debemos someternos a la persona que nos indique el alto mando, sea conocedor del asunto o no.
Ahí (en el incendio) hay un riesgo de error que, tan solo uno de ellos significa un accidente fatal, pues a la lumbre hay que tenerle respeto no miedo y una falla se paga con la vida.

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Foto: Esteban Salazar
Equipo incompleto
Dentro de esta brigada que manejo ya nos impartieron cursos de sobrevivencia, seguridad, comportamiento ante el fuego, etc., como quien dice ya somos veteranos y a la fecha llevamos nuestro equipo como ellos lo indicaron y algunas cosas más que adecuamos para sobrevivir.
Para empezar desde el primer año, a duras penas nos dieron uniformes incompletos y no de nuestra talla; botas, camisola amarilla para los brigadistas y roja para el encargado, pantalón de mezclilla azul.
También mochilas de bombas de agua inservibles así como los radios de comunicación portátil que no podemos atenernos a ellos.
Tenemos un sueldo de menos de mil 200 pesos semanales para los brigadistas que son los que combaten el fuego.
Los encargados debemos de mantener el equipo en óptimas condiciones, lo que es imposible ya que no hay recursos por parte de la seder-municipio, o simplemente no hacen caso (les vale); equipo de transporte en muy malas condiciones no aptas para el cerro.
No tenemos seguro de vida; sin médico ni medicinas, porque dicen que no hay recursos.
Hace tres años a un compañero en el ejercicio de sus funciones un piedra rodante le pegó en la rodilla y quedó con problemas para volver a subir al cerro y se retiró de la brigada... sin ayuda.

Caso La primavera
Durante el siniestro en La Primavera, el peligro fue latente ya que intervinieron varias brigadas y no sabíamos dónde andaban; simplemente nos ubicaron en un paraje perdiendo tiempo, hasta que ordenó un jefe empezar el contrafuego.
A los pocos minutos de haberlo empezado nos sorprendió el fuego de frente, a un costado y por la espalda ya que el aire estaba muy agresivo.
El pasto seco es como la gasolina, tuvimos que correr con los vehículos para no quemarnos ahí... si un vehículo falla es fatal.
Gracias a Dios que no sucedió nada. Esta es una de las razones por las cuales nuestro equipo debe estar en magníficas condiciones a todas horas, asegurándole que no es así, puede ocurrir una desgracia en cualquier momento.

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Foto: Esteban Salazar
Mandos deconcertados
La información equivocada es porque había varias voces, los mandos estaban desconcertados no sabían qué hacer ante la magnitud del problema; no controlaban nada, varios voluntarios y brigadistas no sabían qué pasaba.
Yo escuché de varios compañeros que se preguntaban qué estaba pasando, "reportamos por radio que aquí en este paraje quedó ya concluido y ya pasó mucho tiempo y nos dicen ahorita les llamamos, y no pasa nada".

Peligro ecológico
El peligro ecológico que representa este incendio que diezmó más de ocho mil hectáreas del bosque de La Primavera, es mucho.
El fuego arrasa con todo vegetal extinguiendo algunos animales como el venado, tejón, mapache, animal de uña etc.; todo tipo aves, insectos, víboras, etc..
Un sinnúmero de barbaridades que hace, y como todo lo que se quema en minutos tarda años en volver a recuperar ya se imnaginará el daño.
Hay árboles centenarios que no aguantan el fiero fuego.

¿Que se puede hacer para evitarlo?
Se debe de tener una vigilancia continua con equipo, buenos vehículos y comunicación para detectar cualquier anomalía.
Además se deben tener torres de vigilancia que funcionen todo el año y con apoyo incondicional de los tres niveles de gobierno; prohibir las quemas controladas o de cualquier índole y poner anuncios de advertencia para los taladores clandestinos.
También advertir a los agricultores clandestinos, ya que los que no son agricultores de cepa, no les importa hacer quemas y dejarlas.
Tal es el caso de las siembras ilegales; para que no se les detecte el coamil queman el cerro completo.
En el bosque de La Primavera hay muchos ranchos grandes y muy bonitos.
Hay parcelas para la siembra los cuales deben estar muy bien vigilados ya que siempre ha existido la amenaza de personas sin escrúpulos que quieren fraccionar y bajo cualquier pretexto pretenden dañar el bosque.
 
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Foto: Esteban Salazar
Ayuda de las autoridades
Seder-municipal, de la cual dependemos nosotros es muy raquítica ya que es poco el apoyo, y respecto al centro de mando de La Primavera estuvieron muy mal organizados.
Había mucha comida pero muy mal repartida, algunos en dos días tomaron 2 ó 3 alimentos; hacía falta agua y sueros en tiempo real, además de personas asistentes de áreas.
Todo lo tenían en el centro de mando y por equivocaciones no llegaron a todas las partes donde andaban los brigadistas.
Algunos se perdieron por falta de guías ante la mala organización; muchas brigadas terminaban su trabajo y no se les ordenaba que bajaran a la base o que se presentaran con algún jefe que anduviera cerca.
Mucho trabajador se queda en el cerro esperando órdenes que nunca llegan.
Supimos por medio de la radio que había cerca de 15 brigadas en el Centro de Mando Pic Nic que esperaban órdenes para entrar en acción; o sea recursos humanos había, si bien no en demasía y lo que había no supieron aprovecharlos por falta de guías, y los que conocían el terreno andaban combatiendo en vez de haberlos aprovechado. 

Respuestas en miscelánea
Ayuda de la ciudadanía:
De todo al 100% ya que había de todo y a raudales.
¿Alguna de las autoridades tomó el pico o la pala?
No vimos a nadie.
¿Participaremos en la reforestación?
Si somos requeridos estamos a la disposición.
¿Les prometen ayuda extra o todo por el mismo precio?
Eso es una palabra que no está en el vocabulario de nuestra autoridades: Tenemos 3 años con éste que nos pagan el mismo sueldo de mil 200 pesos a la semana, sin ayuda de médico y medicina, sin viáticos cuando salimos y mucho menos todo lo demás.

Semades
Foto: Semades
Agradecimientos mutuos
Gracias Sr. Esteban Salazar, estamos a sus órdenes. Saludos.
...Esto que nos cuenta este brigadista con tres años de experiencia, es lo que pasa a diario en todas las áreas laborales de nuestro querido Mexico. Los de arriba cobran por el trabajo que realizan los de abajo.
Los de arriba, bien vestidos y con un vehículo del modelo más reciente salen por la televisión mientras que los de abajo son olvidados en medio de las llamas, y salvan sus vidas de milagro.
Las opiniones de los de arriba son victoriosas, rimbombescas pretendiendo ocultar la verdad, mientras que las opiniones de los de abajo son sin tapujos, sin política y sin dobles intenciones... palabras llanas; al pan, pan y al vino, vino.
Verdades que... duelen... y que necesitan ser contadas.
El brigadista me agradece por escuchar su verdad, y yo le agradezco su valor, su trabajo, su esfuerzo y su hombría para enfrentar el fuego que calcinó la cuarta parte del pulmón de nuestra bella Guadalajara.
Pero sobre todo le agradezco por enfrentar el fuego interior que corroe las entrañas de ira ante la injusticia del silencio.

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